Esta obra representa una hermosa puesta de sol en Imperia, que parece casi ardiente en los últimos momentos antes del anochecer. En el fondo, se puede reconocer la silueta del puerto de Oneglia (Ineja en el dialecto local). Los colores acrílicos utilizados son muy vívidos, logrando representar la intensidad de la luz del atardecer que se une a los reflejos dorados en el mar tranquilo de la tarde. Además, en el fondo, se pueden reconocer los contornos de los muelles y la grúa histórica que juntos contrastan con el cielo iluminado por el sol poniente. Toda la obra crea una sensación de fuerte paz para quienes la observan, casi como si pudieran revivir ese único momento representado por el artista.